La formación se ha convertido en un derecho para las personas voluntarias y una obligación para las entidades de voluntariado tras la entrada en vigor de la Ley 45/2015 de 14 de octubre, de Voluntariado. Esta norma no hace más que poner en valor de forma oficial una práctica fundamental para el crecimiento de la acción voluntaria.
Este crecimiento ha de girar en torno a la capacitación de las personas voluntarias, el fortalecimiento de las entidades de voluntariado y el acercamiento de la práctica solidaria a la sociedad.
Por ello desempeñamos una propuesta formativa integral donde la calidad y la eficacia son los pilares sobre los que construimos cualquiera de las acciones formativas que llevamos a cabo.